viernes, 20 de mayo de 2011

jueves, 19 de mayo de 2011

Origen y concepción de la familia.

 La integración de los miembros de la familia, como en el caso de los grupos de parentesco más amplios como los linajes, se realiza através de mecanismos de reproducción sexual o de reclutamiento de nuevos miembros. Si se considerara que la familia debe reproducirse biológicamente, no podrían conceptualizarse como «familias» aquellos grupos donde Ego o su consorte (o ambos) están incapacitados de reproducirse biológicamente.
En estos casos, la función reproductiva se traslada a los mecanismos de reclutamiento socialmente aceptables —como la adopción—. El reclutamiento de nuevos miembros de una familia garantiza su trascendencia en eizadora de la familia en Occidente se ha debilitado conforme se fortalecen las instituciones especializadas en la educación de los niños más pequeños. Esto ha sido motivado, entre otras cosas, por la necesidad de incorporación de ambos progenitores en el campo laboral, lo que lleva en algunas ocasiones a delegar esta función en espacios como las guarderías, el sistema de educación preescolar y, finalmente, en la escuela. Sin embargo, este fenómeno no se observa en todas las sociedades; existen aquellas donde la familia sigue siendo el núcleo formativo por excelencia.
Por otra parte, la mera consanguinidad no garantiza el establecimiento automático de los lazos solidarios con los que se suele caracterizar a las familias. Si los lazos familiares fueran equivalentes a los lazos consanguíneos, un niño adoptado nunca podría establecer una relación cordial con sus padres adoptivos, puesto que sus "instintos familiares" le llevarían a rechazarlos y a buscar la protección de los padres biológicos. Los lazos familiares, por tanto, son resultado de un proceso de interacción entre una persona y su familia (lo que quiera que cada sociedad haya definido por familia: familia nuclear o extensa; familia monoparental o adoptiva, etc.). En este proceso se diluye un fenómeno puramente biológico: es también y, sobre todo, una construcción cultural, en la medida en que cada sociedad define de acuerdo con sus necesidades y su visión del mundo lo que constituye una «familia».

La sociología de la familia.

El origen de la familia no es natural ni divino sino que es parte de un proceso de construcción social. La sociedad se sirve de las familia que la componen para reproducir sus valores y por lo tanto, mantenerse y perpetuarse en el tiempo.

Se sitúa el origen de la familia enlazado con la aparición de la propiedad privada en las culturas y sociedades humanas. La familia, en este aspecto, sirve para que la propiedad privada pueda trasmitirse de generación en generación.

Además, la familia trasmite los valores, la ideología, cultura, etc., de la sociedad hegemónica en una determinada época y con ello se logra reproducir y perpetuar el sistema social que impera.

Por supuesto que cada familia va a tener cierto grado de libertad para poder trasmitir sus propios valores culturales y sociales pero la familia no escapa a la influencia de otros agentes de la sociedad que sirven para reproducir y perpetuar los valores de la sociedad hegemónica o predominante. Por ejemplo:
  • las instituciones educativas,
  • los medios de comunicación y
  • los diversos “productores de subjetividad”. Con productores de subjetividad me refiero a lo que produce y genera formas de sentir, de pensar y de actuar en el mundo.